En este post exploraremos lo estético de lo antiestético,
veremos cómo se rompen las reglas de la composición fotográfica por medio de 4
ejemplos de realización propia: una fotografía con mala exposición (fotografía 1), una movida (fotografía 2),
una desenfocada (fotografía 3) y una mal compuesta (fotografía 4).
El hilo narrativo de esta selección de imágenes es la
salud mental. No hablamos solo de
enfermedades sino de problemas con los que nos podemos sentir identificados y
con los que convivimos en algún momento. Personalmente he querido reflejar lo
difícil que resulta convivir con nuestros monstruos internos, lo frustrante que
puede llegar a ser, hasta el punto de llevarnos al borde de la locura (fotografía 1).
Ese grito interno que a veces no queremos soltar por no importunar, el frío de la soledad que sentimos que nos rodea en esos instantes por mucha o poca gente que haya a nuestro alrededor, la pérdida de color de la vida que pasa a ser de un tono apagado (fotografía 2).
Nuestra mente puede llegar a ser nuestro peor enemigo, impidiéndonos ver, difuminándolo todo, hasta nuestro propio reflejo, imposibilitándonos reconocernos a nosotros mismos (fotografía 3).
Es un constante desequilibrio de la balanza en la que se ven enfrentadas nuestras dos caras, una lucha que se inclina hacia lo negativo, poniéndonos en un camino cuesta arriba que no parece acabar nunca. Es en estos momentos en los que pesa más la tristeza que la alegría cuando más necesitamos ayuda y no sabemos cómo pedirla. Por muy fuertes que seamos, no podemos solucionarlo siempre todo solos. A veces necesitamos que nos echen una mano. No miremos a otro lado ante personas que lo están pasando así de mal por el miedo al "contagio de lo negativo" (fotografía 4).
Ese grito interno que a veces no queremos soltar por no importunar, el frío de la soledad que sentimos que nos rodea en esos instantes por mucha o poca gente que haya a nuestro alrededor, la pérdida de color de la vida que pasa a ser de un tono apagado (fotografía 2).
Nuestra mente puede llegar a ser nuestro peor enemigo, impidiéndonos ver, difuminándolo todo, hasta nuestro propio reflejo, imposibilitándonos reconocernos a nosotros mismos (fotografía 3).
Es un constante desequilibrio de la balanza en la que se ven enfrentadas nuestras dos caras, una lucha que se inclina hacia lo negativo, poniéndonos en un camino cuesta arriba que no parece acabar nunca. Es en estos momentos en los que pesa más la tristeza que la alegría cuando más necesitamos ayuda y no sabemos cómo pedirla. Por muy fuertes que seamos, no podemos solucionarlo siempre todo solos. A veces necesitamos que nos echen una mano. No miremos a otro lado ante personas que lo están pasando así de mal por el miedo al "contagio de lo negativo" (fotografía 4).
Realización de la fotografía 1:
- Cámara Réflex D3300
- Distancia focal 55mm
- ISO 400
- f/5.6
- Tiempo de exposición 1/400
Realización de la fotografía 2:
- Cámara Réflex D3300
- Distancia focal 38mm
- ISO 400
- f/11
- Tiempo de exposición 1/10
Realización de la fotografía 3:
- Cámara Réflex D3300
- Distancia focal 48mm
- ISO 400
- f/5.3
- Tiempo de exposición 1/15
Realización de la fotografía 4:
- Cámara Réflex D3300
- Distancia focal 50mm
- ISO 400
- f/10
- Tiempo de exposición 1/25
Comentarios
Publicar un comentario